Me enamore de un hombre en una etapa de mi vida donde no sentía la necesidad de amar. Me sentía plena y satisfecha y ya me había hecho a la idea de por un tiempo sola estar.
Pero el llegó a mi vida, se metió en mi dia a día sin ser alguien especial. El era solo un ser humano, alguien más con quien platicar.
Empezó como empieza todo, un copa aquí y allá, similitudes, diferencias y muchas cosas por lograr. El me sacó de mi rutina, le dio un giro a mi vida y todo fue tan rápido que no supe como actuar.
Cuando menos pense ya no era la misma, ya no sentía lo mismo ahora el era algo más. Pasaron los días y las semanas mientras yo me ilusionaba con la idea de que algo más serio iba a pasar. Fuimos un breve momento lo más precioso, lo más intenso que yo puedo recordar. Todo iba tan perfecto pero el tiempo no era el correcto y nos debíamos separar.
El nunca me dio las razones, las señas o explicaciones de porqué conmigo no quería estar. Pasaron muchas cosas por mi mente, ¿hice algo mal? ¿Sería mi manera de actuar? ¿Que hice o no hice para poderlo afectar?.
Intente vivir con estas dudas pero ellas me consumían, me arrastraban profundamente a una oscuridad. Un rayito de luz se colo por mi venta y junto con mis pocas ganas, empecé a avanzar. Cuando creí haber llegado muy lejos, ese viejo amor, ese viejo tormento regresó a mi con la excusa de explicar.
Me explico todos sus errores, todas sus equivocaciones y porque me tuvo que dejar. Entendí que yo nunca tuve la culpa, pero ya era demasiado tarde para regresar.
Fue muy difícil seguir sin el, teniendo la oportunidad de amarlo, y es que como dejar ir el cielo tan pronto cuando muy apenas lo estaba alcanzando.